La India. La tierra que venera el cannabis

La India. La tierra que venera el cannabis

por Isidro Marín/infocannabis.org

Los usos enteógenos del cannabis se desarrollaron en la India. El cannabis en la tradición india está asociado con la inmortalidad. La religión védica arcaica veneró la planta denominándola «fuente de felicidad y de vida». Las tradiciones brahmánicas posteriores consideran que su uso agiliza la mente, otorga salud y concede valor, así como potencial sexual. Antiguas fuentes sánscritas hablan de las píldoras de la felicidad, un compuesto a partir de cáñamo y azúcar.
Desde el siglo XV a.C. Se celebra y conoce el cannabis en diversas preparaciones. A base de cannabis era la amrita (o elixir de vida eterna), bebida de la inmortalidad que en la mitología hindú. Uno de los néctares de la amrita fue el cannabis; que fue batida en los océanos por dioses y demonios. Los demonios intentaron controlar la amrita pero los dioses la defendieron y la cogieron. Le dieron el nombre de vijaya (victoria) para conmemorar su éxito.
El cannabis, denominado charas o bhang, tiene tal importancia que en algunas zonas de la India se utiliza como medio de intercambio, con las mismas funciones que la moneda. El cannabis era utilizado diferentes formas: con agua (poust), con alcohol (loutki) y con opio (mourra), en polvo (curna), amasado en forma de bolo (modaka), comprimido (vadika), aplicado como tintura (leha y paka), hervido en leche (dugdhapaka) y hervido en agua para obtener un extracto (kvatha). La ganja forma parte de diversos alimentos como el barfee, laddoo, sarabat (es una bebida dulce) o el ma’joun (una golosina de miel verde). En los escritos sánscritos se habla de las «píldoras de la alegría» compuestas con goma de cáñamo y azúcar.

La planta es llamada vijonia (fuente de felicidad y victoria) y ananda (fuente de vida). Es mencionada en los primeros vedas y sobre todo en el cuarto o Atharva Veda, escrito entre el 2.000 y el 1.400 a.C. en el que se comentan los efectos enteógenos de esta planta (Courtwright, 2002:71). Llama bhang a uno de los cinco reinos de hierbas. También es descrito como una de las muchas plantas que “nos liberan de la ansiedad”. Sus preparaciones líquidas son la bebida favorita de Indra, el dios guerrero que representa a los invasores arios.
El soma se corresponde con el haoma de los arios que invadieron Irán. Todavía se discute hoy día sobre qué tipo de planta era la productora de soma. Parece ser que esta bebida, con el paso del tiempo se obtuvo de distintos vegetales, de ahí la confusión que rodea este tema. Según Wilkins en su Mitología Hindú, la planta es la Asclepios ácida de Roxburgh que crece en las colinas del Punjab. En épocas en que fue escrito el Vishnu Purana los intoxicantes estaban prohibidos, por eso la receta del soma se perdió. Otros autores afirman que la planta es una variedad de la zigophyllacea o podría ser semillas de la “ruda asiática” (Pegorum harmala) que fue utilizada por los mesopotámicos quemándolo en los sahumerios sacrificiales (Marín Gutiérrez, 2016).

Según cuenta la leyenda, Shiva se enfureció con su familia y se fue a dar una vuelta por la Tierra sin rumbo fijo. Agotado por el calor del sol se cobijó a la sombra fresca de una alta planta de cannabis y finalmente se quedó dormido. Curioseando probó sus hojas y sintió que le refrescaban, así que lo adoptó como comida favorita. El dios Shiva trajo el cannabis desde el Himalaya para que los hombres tuvieran felicidad y conocimiento para que lo usaran y disfrutaran. A partir de entonces a Shiva se le llamará Señor del Bhang. Shiva bebió bhang, un refresco líquido apacible, hervido de hojas con almendras, ocho especias, cogollos, leche, amapola y azúcar. Todavía se consume en la India, China, Birmania y Tailandia. El bhang purifica y limpia el alma, traen visiones de prosperidad a aquellos que lo beben, asusta a los malos espíritus y aleja los malos pensamientos. Cura la disentería e insolación, vivifica la digestión, afila el apetito, refresca el intelecto, da vigilancia al cuerpo y alegría a la mente, prolonga la vida, es un buen aperitivo, vivifica la imaginación y ahonda el pensamiento.

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