Silvia Godoy abrió las puertas de las farmacias al cannabis medicinal

Silvia Godoy abrió las puertas de las farmacias al cannabis medicinal

De primeraedicion.com.ar

La presidenta del Colegio profesional de Bahía Blanca y directiva de la colegiatura de su provincia, generó con una red de 18 provincias, un circuito para atender a pacientes con epilepsia refractaria. Se trata de un producto farmacéutico reconocido por la ANMAT que es importado al país.

La Argentina intenta avanzar (a paso lento) en los estudios científicos que permitan producir y comercializar aceite de cannabis medicinal tras la sanción de una ley y la reglamentación de la misma este año. A la espera de avances nacionales, la farmacéutica bonaerense Silvia Godoy (presidenta del Colegio profesional de Bahía Blanca y directiva de la colegiatura de su provincia), logró el aval de una droguería para proveer en un circuito legal a pacientes con epilepsia refractaría, en principio.

Se trata de un aceite importado, reconocido por la Administración Nacional de Medicamentos y Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), que ahora se venderá en farmacias de 18 provincias que forman parte de la RedCOFA (Confederación Farmacéutica Argentina).

Si bien Misiones no figura como parte de dicha organización nacional, sin embargo, podría comercializar dicho aceite de cannabis importado si alguna farmacia se interesa. La noticia para quienes la tienen recetada no es menor, ya que hoy dependen de un mercado “negro”, del cual no se tiene la certeza científica de lo que se ofrece y, en definitiva, ingieren los enfermos

Un largo camino legal

En diálogo con el programa “Primera Plana” de la 89.3 FM Santa María de las Misiones , Godoy recordó que “en el caso del cannabis como sustancia, flor y planta, está todo prohibido por una ley. Salió la Ley nacional 27.350 y se habilitó la investigación de cannabis para el uso medicinal, con potestad de hacerlo al INTA y al CONICET que también van a proveer el registro de pacientes y la posibilidad de producirlo desde el ámbito público. Pasaron dos años, se reguló esta ley pero el cannabis ya está en todos lados y lo consideramos un medicamento”.

Sin embargo, aunque la ANMAT está importando este aceite para casos de epilepsia refractaria, las farmacias no pueden comercializarla porque la Ley 23.737 prohíbe la distribución y portación de la cannabis.

“Averigüé cómo hacen las droguerías que proveen a los pacientes que, mediante un recurso de amparo, consiguieron el aceite de cannabis y me explicaron las disposiciones. Buscamos una droguería nacional que distribuya en el mayor ámbito nacional y una sola me contestó que estaba interesada. Nos reunimos y acordamos el circuito en el que un farmacéutico, el paciente o un apoderado de un paciente puede iniciar el trámite”, explicó la titular del Colegio de Bahía Blanca.

Misiones también puede recibirla

La farmacéutica bonaerense explicó que si bien la prueba piloto del circuito de distribución se inició en su provincia, ahora se extendió a más de 15 mil farmacias de todo el país.

“Si en Misiones hay una farmacia que quiera adherir, también les va a llegar cannabis. Empezamos una prueba piloto porque soy de acá y conozco a mi paciente desde chiquito. Ahora se casó y tiene una hija con ese problema (epilepsia refractaria). Armamos las planillas que hay que llenar, hubo una autorización de ANMAT y con eso la droguería me lo trajo a domicilio en Bahía. Lo entregamos a ese papá en una conferencia de prensa que marcó un hito. Porque marcamos un circuito que empezó en Bahía Blanca y puede llegar a Posadas si se quiere”, aseguró Godoy.

Aunque el Colegio de Farmacéuticos de Misiones no forma parte de la COFA, “lo que tenemos que hacer, en provincias que no estén en la red, es pensar en el objetivo sanitario de que los pacientes reciban la medicación. Por eso esperamos que se sume la mayor cantidad de farmacias y que la droguería llegue hasta Misiones. No me interesa si se pasan a COFA sino que, de acá a fin de año, los pacientes con epilepsia refractaría reciban el aceite de cannabis sabiendo el costo que tiene el costo de Aduana de Buenos Aires a Misiones”, aseguró Silvia Godoy.

Sobre el trámite que se debe realizar al tratarse de un circuito legal, “son entre 6 y 8 formularios que pide la ANMAT. Hay que tener el trainning para responder los requerimientos. Hay muchos pacientes que no saben cómo hacerlo. La idea es que vayan a una farmacia con una receta donde figure el diagnóstico de epilepsia refractaria, que es lo único que se reconoce legalmente hasta ahora por la ANMAT”. El mismo, inicialmente, puede durar un mes hasta que se habilita la entrega.

“Necesitamos las herramientas y que produzca el Estado”

Mientras el mercado negro de abastecimiento de cannabis medicinal crece, el Estado no logró avances para la producción pública argentina que ofrezca un producto medicinal científicamente comprobado.

“Es un psicofármaco, un estupefaciente y tiene hasta una receta especial. Por ahí me dicen ‘lo que vos ofrecés es muy caro y lo que está afuera es barato’, porque un aceite se está ofreciendo a $2.000 y lo que empezamos a distribuir cuesta 20 veces más. Pero las obras sociales lo están cubriendo en un ciento por ciento y estamos hablando de una sustancia controlada”, aseguró Silvia Godoy, la farmacéutica que introdujo en el país esta red legalmente reconocida de cannabis medicinal.

“Tenemos que exigir al Estado que haga una producción pública y la entregue gratuitamente para que la gente no deba estar en un terreno que linda con la ilegalidad”, dijo.

¿Qué hay en el “mercado negro”?

Godoy se mostró muy preocupada por lo que consumen muchos pacientes en un mercado que funciona mientras el Estado no consigue avances de producción propia. “En el Colegio nos han traído al menos 10 muestras de incógnita y media, no digo la mitad sino media, cumplía” con los requerimientos, aseguró.

Un alumno de su cátedra universitaria llevó muestras “que compró en Mercado Libre, en las ferias de Palermo en Buenos Aires y los resultados dejan mucho que desear. En muchos casos son aceite de oliva solo, en muchísimos más casos son prensados doble, o sea, que la flor está prensada dos o tres veces. En otros es cáñamo pero no sativa sino el que se usa para hacer hilos. En otros casos son semillas de cannabis que no tienen las propiedades químicas”, advirtió.

Además, dijo que “no sabemos si los preparados tienen parásitos como gusanitos o bacterias que tienen las plantas. Una cosa es lo que se ve y otra distinta lo que no se ve. No sé qué vencimientos tienen estos aceites. Entonces, lo que le exigimos a un Ibuprofeno o una Amoxicilina sobre cuántos gramos tiene, el lote que esté controlado, etc, no se lo piden al cannabis que es más que un Clonazepan o una Morfina. Yo no me animaría a tomar algo tan livianamente”.

Admitió que “a nosotros que estamos formados para hacer medicamentos no nos dejan hacerlos. Y cualquiera que no lo está, puede hacerlo. Tenemos seis años de formación y nos cuesta pensar cómo hay algunos que se atreven, desde el desconocimiento, a hacerlo. Es un psicofármaco, un estupefaciente”.

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