Las trabas de una ley sin reglamentar

Las trabas de una ley sin reglamentar

Por Walter Goobar. INFOCANNABIS

Mientras la empresa “Medical Marijuana” comienza a ser visible en América Latina y ha invertido en Brasil, México, Paraguay y Puerto Rico, en Argentina organizaciones como Mamá Cultiva Argentina, Cameda (Cannabis Medicinal Argentina), FOCA (Frente de Organizaciones Cannábicas Argentinas), médicos, pacientes e investigadores iniciaron una campaña con el fin de exigir al Gobierno la urgente reglamentación de la ley que se sancionó el 29 de marzo pasado autorizando el uso del aceite de cannabis, pero que permanece sin reglamentar.

Además, piden que se incluya la posibilidad de practicar el autocultivo, ya que la ley que establece la inscripción en un registro de pacientes y familiares no menciona el autocultivo, pero tampoco lo prohíbe.

Por su parte, la diputada nacional del FpV-PJ Carolina Gaillard, presidenta de la Comisión de Acción Social y Salud Pública de la Cámara de Diputados pidió al Poder Ejecutivo la inmediata reglamentación de la Ley de Cannabis Medicinal. Miles de pacientes en todo el país esperan la aplicación de esta ley”, manifestó Gaillard. “Necesitamos la reglamentación para que los actores involucrados, como el INTA, el Conicet, los Laboratorios de Producción Pública y las universidades puedan comenzar a trabajar en la materia y mejorar la calidad de vida de los pacientes usuarios con acompañamiento médico y brindando herramientas de control de calidad por parte del Estado.”

Según el diario “El País” de Madrid, la empresa estadounidense denominada “Medical Marijuana” se expande a los países que permiten la sustancia como México, Brasil o Paraguay, pero la falta de reglamentación sería una traba para su instalación en Argentina. No es un secreto que el desembarco del negocio farmacéutico de la marihuana en América Latina es inminente ante la despenalización de su uso: Brasil, México y Paraguay han comenzado a explorar sus opciones.

La empresa estadounidense mencionada ha sido la primera que se ha interesado en la región. En primer lugar, comenzó en 2005 en el Estado de Oregón (Estados Unidos). Luego siguió en Brasil, donde en el 2014 el gobierno autorizó la comercialización de la marihuana para uso medicinal. Incluso en ese país la sustancia puede ser recetada por los médicos para tratar al menos 10 enfermedades, entre las que están el párkinson, la epilepsia y los dolores crónicos.

“En Estados Unidos es muy difícil para un producto de origen natural ser aceptado como un medicamento. Pero en Latinoamérica es parte de su historia, algunos remedios que mezclan diferentes sustancias naturales son medicinas”, explica Stuart Titus, director ejecutivo de Medical Marijuana.

Mientras tanto, la empresa se ha expandido en Brasil hasta alcanzar un mercado de 1.200 millones de dólares. Su cobertura ha sido tal que el sistema de sanidad público ha costeado algunos de los tratamientos que la empresa ofrece hasta convertirse en su mayor cliente.

Asimismo, Medical Marijuana ha buscado oportunidades en México. La firma consiguió en febrero de 2016 permisos para importar jarabes con cannabidiol para una decena de familias con hijos con padecimientos epilépticos. En abril de 2017, el Congreso mexicano autorizó la comercialización del cannabis medicinal y abrió la puerta al cultivo y la investigación de la planta de la marihuana.

También se ha incursionado en Paraguay, en donde se autorizó la importación de algunos productos de la firma el año pasado. Además de dominar los mercados de California y Colorado en Estados Unidos, Medical Marijuana tiene la autorización para vender en Puerto Rico desde 2014.

La compañía registró unos ingresos de 6,13 millones de dólares en el segundo trimestre de este año, 1,66 millones de dólares. La subida de las ventas fue del 203%. Las esperanzas para el crecimiento en el futuro están puestas en las inversiones en México y Brasil.

Según el último reporte de la firma, “no es un negocio que vende o dispensa marihuana para su uso recreativo, hasta ahora la marihuana es una sustancia controlada por las autoridades federales, sin embargo, consideramos que la firma está bien posicionada para la eventual legalización del cannabis”.

Ante un eventual desembarco de las farmacéuticas extranjeras se hace necesario que el Estado –argentino, en este caso–, desarrolle sus propios proyectos de investigación y producción. No se trata de poner todas las trabas posibles para que los investigadores nacionales e internacionales se vayan, pero tampoco convertirnos en meros productores de materia prima

COMENTARIOS